En el gran vestíbulo del colegio ha comenzado a brillar una luz especial. No es una luz eléctrica, sino el cálido resplandor de la dedicación de la Comisión. La misión era ambiciosa: crear un espectacular Belén de cartón. Queríamos transformar un material humilde en el milagro de la Navidad dentro del corazón del colegio.
El taller creativo tuvo un inicio insólito en la peluquería de una de las mamás. Allí, entre secadores y olor a laca, nacieron los protagonistas de nuestro Belén de cartón. Los Reyes Magos, la Sagrada Familia y el Niño Jesús cobraron vida en ese estudio improvisado. La atmósfera era mágica e incluso las clientas aportaron ideas y alegría. La empleada, sin tener hijos en el centro, también puso su alma en cada trazo.
Trasladar las figuras fue el siguiente paso. Un querido abuelo de la comunidad prestó su vehículo con total disposición y altruismo. Él transformó su coche en un transporte real de esperanza para mover las piezas. Este gesto facilitó una tarea esencial y demostró el verdadero espíritu navideño.
Mientras tanto, la luz seguía encendida en otros hogares. Las madres trabajaban hasta tarde para crear las ovejas y gallinas que adornan la escena. Cada oveja es el resultado de horas de esmero y recortes precisos. Si te acercas, notarás que huelen a suavizante. Nuestra artista las dejaba sobre la secadora de casa para secar el pegamento. Así, cada pieza de este Belén de cartón se impregnó de un aroma hogareño.
El tercer escenario fue el propio hall del colegio. Las mamás se reunían allí tras su jornada laboral para pintar el fondo del decorado. Cuidaron que cada detalle fuera perfecto hasta que todo encajó. Lo más valioso del Nacimiento es el esfuerzo y el corazón de las personas que han colaborado. Esta unión hace que lo imposible se vuelva realidad.
¡Enhorabuena a todas!
